"Los niños aprenden haciendo preguntas, no respondiéndolas"
Esta frase la encontré en internet pero no recuerdo dónde ni tampoco quién la dijo. Sin embargo estoy completamente de acuerdo con ella.
Y si es así... por qué me molestan tanto las interminables preguntas, una tras otra, que me hacen mis hijos chiquitos?
Creo que he logrado reprogramarme en tanto aspectos relacionados con la crianza de mis hijos, que me sorprende cuando me doy cuenta de cuanto me falta por aprender.
Se que es cuestión de hábitos, pero no es fácil luchar contra las reacciones que generan dentro de mí algunas de sus preguntas. Algunas me parecen absurdas, otras tontas, otras no entiendo por qué las hacen si estoy segura de que conocen la respuesta... No sé, creo que debo dejar de analizar los motivos de la pregunta y limitarme a responderlas, pero algo que parece tan sencillo, me cuesta demasiado trabajo!
En algunos casos he logrado dejar de ver cada pregunta como una oportunidad para enseñarles algo, por ejemplo, a las preguntas que tienen que ver con ortografía o matemáticas no les respondo pidiéndoles que lo piensen ellos y traten de encontrar la respuesta, sino que simplemente respondo lo que me preguntaron y ya está. Pero son otras las preguntas que me incomodan, tal vez porque no tengo una respuesta segura para darles, tal vez me las tomo demasiado personales... o será que tengo espectativas demasiado altas? estoy esperando que mis hijos me hagan preguntas interesantísimas dignas de una investigación científica?
Aquí seguiré entonces, respirando, contando hasta tres, buscando la mejor manera de responder con buena actitud a las preguntas que me incomodan, manteniendo la esperanza de que esto también lograré superarlo.
Esta frase la encontré en internet pero no recuerdo dónde ni tampoco quién la dijo. Sin embargo estoy completamente de acuerdo con ella.
Y si es así... por qué me molestan tanto las interminables preguntas, una tras otra, que me hacen mis hijos chiquitos?
Creo que he logrado reprogramarme en tanto aspectos relacionados con la crianza de mis hijos, que me sorprende cuando me doy cuenta de cuanto me falta por aprender.
Se que es cuestión de hábitos, pero no es fácil luchar contra las reacciones que generan dentro de mí algunas de sus preguntas. Algunas me parecen absurdas, otras tontas, otras no entiendo por qué las hacen si estoy segura de que conocen la respuesta... No sé, creo que debo dejar de analizar los motivos de la pregunta y limitarme a responderlas, pero algo que parece tan sencillo, me cuesta demasiado trabajo!
En algunos casos he logrado dejar de ver cada pregunta como una oportunidad para enseñarles algo, por ejemplo, a las preguntas que tienen que ver con ortografía o matemáticas no les respondo pidiéndoles que lo piensen ellos y traten de encontrar la respuesta, sino que simplemente respondo lo que me preguntaron y ya está. Pero son otras las preguntas que me incomodan, tal vez porque no tengo una respuesta segura para darles, tal vez me las tomo demasiado personales... o será que tengo espectativas demasiado altas? estoy esperando que mis hijos me hagan preguntas interesantísimas dignas de una investigación científica?
Aquí seguiré entonces, respirando, contando hasta tres, buscando la mejor manera de responder con buena actitud a las preguntas que me incomodan, manteniendo la esperanza de que esto también lograré superarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario