Estamos tomando clases de arte desde agosto del 2009 con Lina, una artista plástica que vive en nuestro pueblo y tiene un taller de arte en su casa.
Ayer tuvimos la que yo esperaba fuera la última clase de este año, pero salí con ganas de seguir hasta diciembre. Fue una clase muy bonita, todos mis hijos estuvieron felices, satisfechos y "encarretados" con lo que estaban haciendo.
Pero no siempre es así. Algunas veces se sienten frustrados, indecisos, tristes, de mal genio, soñolientos, pero para mí todo eso es parte del proceso creativo y parte del aprendizaje. Además durante todo este tiempo Lina ha tenido la paciencia para entenderlos y tratar de encontar con ellos lo que están buscando.
Por qué elegimos clases de arte en lugar de, digamos, matemáticas? creo que en el momento, con la "sombra"de la escolaridad todavía sobre nosotros, buscar una actividad que fomentara en mis hijos su creatividad, en la que pudieran disfrutar del proceso creativo y no sólo buscar una respuesta, era lo más indicado. Y a través de estas clases he visto una evolución lindísima en cada uno de mis hijos.
Cuando comenzamos, Jacobo tenía 3 años, y muy poca habilidad para hacer líneas o dibujos. Al principio sólo iba a la clase motivado por las galletas que recibía al final, a la hora de las onces =) Poco a poco se fue atreviendo cada vez más con los diferentes materiales y técnicas, incluyendo no pocas pataletas, y ahora disfruta de principio a fin, desde la casa ya va pensando qué quiere hacer en la clase, a veces con varios días de anticipación.
Adelaida ha tenido épocas de gran entusiasmo, y otras de frustraciones una tras otra cuando las cosas no le salen como las había imaginado o como las vió en el libro o en la foto. Utiliza con toda confianza acuarelas, acrílicos, pasteles grasos, marcadores, lápices de colores, sin miedo y con mucho colorido.
Juanjo, como en casi todo lo que hemos hecho en estos cuatro años de homeschooling, es el que muestra cambios más notorios. Para él, el mayor aprendizaje ha sido recuperar su autoestima. Al principio utilizaba su actitud de "ineptitud asumida" para sentarse en la mesa, y mirar el papel en blanco durante toda la clase sin hablar, sin decidir qué quería hacer. No sé si en algún momento se haya sentido obligado a ir a las clases... probablemente. Pero ahora, es increible verlo hablando con Lina, decidiendo qué quiere hacer, disfrutando el proceso sin tanto miedo a los errores, satisfecho de sus obras.
Para Mariale también ha sido un aprendizaje, el soltarse un poco de ese perfeccionismo que nos caracteriza a todos los primogénitos, de ese panico al error que no la deja ni siquiera comenzar algo, creo que ver que es capaz de hacer cosas lindas le ayuda a ser más flexible y más "benévola" consigo misma.
Y yo, bueno, también soy feliz cuando logro sacar un rato para tomar clase y además cumplí mi sueño de pintar en acuarelas.
2 comentarios:
Qué belleza... qué admirable lo que una persona como tu amiga puede transmitir, y qué admirable lo que tus hijos han conquistado en estos dos años... me encantan las fotos de Jacobito, ja ja ja.
Silvia, la verdad es que adoramos a nuestra profe, y aunque la clase de arte es lo más costoso de nuestro homeschooling no quisiera cambiarla por nadie más.
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