Hace rato no escribía un post de esos en los que hablo de mis sentimientos... debe ser que todavía no había superado la crisis del cambio de blog y las razones para hacerlo. Pero aquí vamos de nuevo ;)
Hoy amanecí pensando en uno de mis temas recurrentes, la preadolescencia y adolescencia. Y es que este año ya son dos en casa y ese momento de la preadolescencia masculina al que le tenía algo de miedo por mi profunda ignorancia en el tema ya llegó, y llegó para quedarse. De pronto y sin darme cuenta, tengo en mi casa a un hombre de 12 años, de voz gruesa (a qué hora le cambió?) bigotito de "frenón de bicicleta" ( en qué momento comienzan a afeitarse?), la cara llena de granos, que ya no se deja ver sin ropa, ni siquiera en ropa interior y que se gasta todos los minutos de su nuevo celular mandandole mensajes de texto a una niña! (parece que voy a ser suegra primero por donde menos lo esperaba, jejeje). Está casi tan alto como yo y tiene unas manos gigantes, que sorprendentemente pueden ser tan delicadas como para trabajar el origami con mucha precisión.
El asunto es que con su hermana mayor nunca me preocupé por tener una charla oficial para hablar de sexo, durante una época larga la vi muy interesada por leer el tipo de libros que le explican a las niñas lo que está pasando con su cuerpo y sus sentimientos en esta edad (creo que leyó todos los que encontró en la biblioteca), y los comentarios con respecto a situaciones "sexuales" se hacen en un tono tan natural como el que habla del clima. Además no niego que hay una mayor cercanía con ella por ser mujer. Por el contrario a Juanjo no le ha gustado mucho leer, y aunque hace como un año le compré un libro que pensé podría ayudarnos (a él y a mi) en la labor de entender todo el proceso, no tengo ni la más remota idea de si lo ha mirado siquiera alguna vez. Yo quiero creer que sí, que es imposible que no haya sentido ni un poquito de curiosidad... pero nunca lo he visto con él en las manos. En estos días me ronda la cabeza el afán de saber cuánto sabe, qué dudas tiene, qué tan ajustada a la realidad es la información que ha recibido hasta el momento. De verdad creo que debo plantearle el tema, pero no tengo idea cómo! El es tan reservado que no sé cómo lo tomará y yo me atortolo de sólo pensarlo.
Ayer la mamá de su mejor amigo (con el que no se veía hace varias semanas) me hablaba de lo lindo que fue verlos tan felices de pasar el día juntos, de lo lindo que es ver a estos dos gigantones bigotudos divertirse como niños chiquitos y de lo equivocada que está la gente que cree que a los niños de esta edad lo único que les interesa es andar por ahí "tirando" con las novias.
Y así como algún día hablé de lo maravilloso que había sido ver a mi niña mayor vivir su infancia sin afán y crecer a su ritmo, ahora siento lo mismo con él, y tengo la certeza de que las cosas serían muy diferentes si todavía fueran al colegio. Yo se los digo todo el tiempo: ¿cuál es el afán de crecer si van a ser adultos el resto de la vida? a los niños en el colegio la presión social los hace crecer antes de tiempo, no los deja disfrutar su niñez, y yo viviré eternamente agradecida por haber tenido la posibilidad de ofrecerles a mis hijos un camino diferente.
Para mí, en este momento, no hay nada mejor que educar en casa!!
Hoy amanecí pensando en uno de mis temas recurrentes, la preadolescencia y adolescencia. Y es que este año ya son dos en casa y ese momento de la preadolescencia masculina al que le tenía algo de miedo por mi profunda ignorancia en el tema ya llegó, y llegó para quedarse. De pronto y sin darme cuenta, tengo en mi casa a un hombre de 12 años, de voz gruesa (a qué hora le cambió?) bigotito de "frenón de bicicleta" ( en qué momento comienzan a afeitarse?), la cara llena de granos, que ya no se deja ver sin ropa, ni siquiera en ropa interior y que se gasta todos los minutos de su nuevo celular mandandole mensajes de texto a una niña! (parece que voy a ser suegra primero por donde menos lo esperaba, jejeje). Está casi tan alto como yo y tiene unas manos gigantes, que sorprendentemente pueden ser tan delicadas como para trabajar el origami con mucha precisión.
El asunto es que con su hermana mayor nunca me preocupé por tener una charla oficial para hablar de sexo, durante una época larga la vi muy interesada por leer el tipo de libros que le explican a las niñas lo que está pasando con su cuerpo y sus sentimientos en esta edad (creo que leyó todos los que encontró en la biblioteca), y los comentarios con respecto a situaciones "sexuales" se hacen en un tono tan natural como el que habla del clima. Además no niego que hay una mayor cercanía con ella por ser mujer. Por el contrario a Juanjo no le ha gustado mucho leer, y aunque hace como un año le compré un libro que pensé podría ayudarnos (a él y a mi) en la labor de entender todo el proceso, no tengo ni la más remota idea de si lo ha mirado siquiera alguna vez. Yo quiero creer que sí, que es imposible que no haya sentido ni un poquito de curiosidad... pero nunca lo he visto con él en las manos. En estos días me ronda la cabeza el afán de saber cuánto sabe, qué dudas tiene, qué tan ajustada a la realidad es la información que ha recibido hasta el momento. De verdad creo que debo plantearle el tema, pero no tengo idea cómo! El es tan reservado que no sé cómo lo tomará y yo me atortolo de sólo pensarlo.
Ayer la mamá de su mejor amigo (con el que no se veía hace varias semanas) me hablaba de lo lindo que fue verlos tan felices de pasar el día juntos, de lo lindo que es ver a estos dos gigantones bigotudos divertirse como niños chiquitos y de lo equivocada que está la gente que cree que a los niños de esta edad lo único que les interesa es andar por ahí "tirando" con las novias.
Y así como algún día hablé de lo maravilloso que había sido ver a mi niña mayor vivir su infancia sin afán y crecer a su ritmo, ahora siento lo mismo con él, y tengo la certeza de que las cosas serían muy diferentes si todavía fueran al colegio. Yo se los digo todo el tiempo: ¿cuál es el afán de crecer si van a ser adultos el resto de la vida? a los niños en el colegio la presión social los hace crecer antes de tiempo, no los deja disfrutar su niñez, y yo viviré eternamente agradecida por haber tenido la posibilidad de ofrecerles a mis hijos un camino diferente.
Para mí, en este momento, no hay nada mejor que educar en casa!!
1 comentario:
felicitaciones por tu varon!! y me alegra como te lo tomas , no es menor el tema . Los hombres tienen un proceso , que para nostros las mujeres es distante, pero la verdad es que on asi, y hay que amarlos.
besos a los 2
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