Hace dos días fue mi cumpleaños, cumplí 41.
¿ Qué tiene de raro? cumplimos años cada año, una vuelta al sol más. Y cada año me alegro de escuchar o leer las felicitaciones de amigos y conocidos, con muchos de los cuales únicamente hablamos en los cumpleaños de cada uno, pero en el fondo no me hace muy feliz esa fecha.
Sé que tengo muchas cosas bonitas en la vida, mucho por agradecer. Pero tengo un carácter inconforme y me cuesta no pensar en todas las cosas que quería hacer y todavía no he logrado, un año más y siguen sin suceder. Me da miedo estar haciéndome vieja. Pienso en las cosas que, por tener la edad que tengo, ya no hice (mochilear por Europa por ejemplo). Soy desagradecida, lo sé y cuando intento ser de otra manera me siento ilusa e hipócrita y la gratitud no me dura mucho.
Pero este año... ¡este año me siento feliz! y esa felicidad me ha tomado por sorpresa, como una corriente de aire frío al voltear la esquina. Tanto, que me animé a planear un fiesta de cumpleaños, en contra de mis múltiples razones para no hacerlo: "no tengo plata para gastar en eso", "no tengo una casa lo suficientemente bonita", "que tal que no venga nadie", "aquí no cabe mucha gente", " el sofá está roto y me da verguenza", "queda todo desordenado y no tengo empleada que me ayude al otro día".... y así podría seguir.
Este año no acaba de empezar, la vida es orgánica, pocas cosas tienen un principio o un final que podamos definir. Desde hace varios meses y de distintas maneras mi vida está cambiando, mis rutinas, el ritmo de mis días, mis objetivos, mis proyectos, mis sueños. Mis días son tan distintos a como eran hace un año que parece la vida de alguien más, no la mía. Aunque mi prioridad sigue siendo mi familia, siento que estoy haciendo y planeando cosas para mí, es como si hubiera reaparecido yo en mi propio panorama, porque por mucho tiempo no estuve ahí.
Y aunque todo volviera a cambiar mañana, si tuviera que volver a las rutinas de antes, incluso así ya no sería la misma. Tengo la cabeza llena de proyectos y la diferencia está en que ahora sé que tengo con qué hacerlos realidad.
¿ Qué tiene de raro? cumplimos años cada año, una vuelta al sol más. Y cada año me alegro de escuchar o leer las felicitaciones de amigos y conocidos, con muchos de los cuales únicamente hablamos en los cumpleaños de cada uno, pero en el fondo no me hace muy feliz esa fecha.
Sé que tengo muchas cosas bonitas en la vida, mucho por agradecer. Pero tengo un carácter inconforme y me cuesta no pensar en todas las cosas que quería hacer y todavía no he logrado, un año más y siguen sin suceder. Me da miedo estar haciéndome vieja. Pienso en las cosas que, por tener la edad que tengo, ya no hice (mochilear por Europa por ejemplo). Soy desagradecida, lo sé y cuando intento ser de otra manera me siento ilusa e hipócrita y la gratitud no me dura mucho.
Pero este año... ¡este año me siento feliz! y esa felicidad me ha tomado por sorpresa, como una corriente de aire frío al voltear la esquina. Tanto, que me animé a planear un fiesta de cumpleaños, en contra de mis múltiples razones para no hacerlo: "no tengo plata para gastar en eso", "no tengo una casa lo suficientemente bonita", "que tal que no venga nadie", "aquí no cabe mucha gente", " el sofá está roto y me da verguenza", "queda todo desordenado y no tengo empleada que me ayude al otro día".... y así podría seguir.
Este año no acaba de empezar, la vida es orgánica, pocas cosas tienen un principio o un final que podamos definir. Desde hace varios meses y de distintas maneras mi vida está cambiando, mis rutinas, el ritmo de mis días, mis objetivos, mis proyectos, mis sueños. Mis días son tan distintos a como eran hace un año que parece la vida de alguien más, no la mía. Aunque mi prioridad sigue siendo mi familia, siento que estoy haciendo y planeando cosas para mí, es como si hubiera reaparecido yo en mi propio panorama, porque por mucho tiempo no estuve ahí.
Y aunque todo volviera a cambiar mañana, si tuviera que volver a las rutinas de antes, incluso así ya no sería la misma. Tengo la cabeza llena de proyectos y la diferencia está en que ahora sé que tengo con qué hacerlos realidad.
2 comentarios:
Este año cumplo 41, yo también tengo roto el sofá y algunos sueños para remendar.
Tu experiencia me es y será verdaderamente valiosa... si pudiéramos compartirla ahora cuando más la necesito.
Gracias Ana.
Podemos compartirla, claro que si! dime cómo =)
De dónde eres?
Un abrazo
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